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Día 81 | Proverbios 6:32-33

חֶרְפָּה (kjerpá) Desgracia x2
 
Historia para meditar
Por María
Mis dos padres fueron destruidos por el alcoholismo. Yo tenía tres años cuando se divorciaron. Mi madre me amaba, pero el alcohol se convirtió en su refugio, la embriaguez y la locura en la norma. Varias veces me dejaban fuera de la casa por cosas como perder una competencia de piano o tirar vodka por el desagüe, y tenía que romper la ventana del sótano para volver a entrar. Tenía diecisiete años cuando Jesús me encontró. Un amigo me invitó a la iglesia y me aferré a las palabras consoladoras del ministro sobre el amor infalible de Dios. Tenía la esperanza de que mi vida cambiara.
 
Me casé con un hombre seis años mavor que yo. Al principio nuestra relación me consoló, pero él se volvió violento. Fui golpeada repetidamente, en una ocasión con una cadena para peros; fui estrangulada, pateada. i el estómago, empujada desde un muelle y por las escaleras. Increiblemente, me conve de que todavía lo amaba. A los veintitrés años; volví a encontrar a mi padre. Pensé que me protegería y me defendería, así que abandoné a mi ma ido. En lugar de esto, mi padre abusó sexualmente de mí. Car en una profunda desesperación e intenté suicidarme. Al fallar, grité contra Dios por permitirme vivir. ‹En dónde estaba Él.
 
Busqué consejería con un joven diácono extremadamen te inteligente y amable. Después de un año, nos enamoramos, pero él ya estaba casado. Luchamos y suplicamos a Dios por ayuda, pero finalmente caímos en pecado. Se divorció y nos ca-samos. No merecíamos la bendición de los tres hermosos hios que Dios nos dio. Por primera vez, tuve una familia. Mis hijos tenían menos de seis años cuando comencé a experimentar dolores de cabeza severos, pérdida de la audición y parálisis facial parcial. Un especialista descubrió un tumor cerebral masivo. Algunas partes del tumor aún permanecen inoperables y ahora están causando nuevas complicaciones. Recuerdo que me sentía extrañamente calmada. Aunque nuestras vidas fueron trastornadas, mi familia todavía estaba intacta.
 
Mis hijos crecieron y aunque fueron criados en la iglesia, también se vieron fuertemente influenciados por el mundo. Todos fueron arrestados en algún momento. El más joven fue diagnosticado con un trastorno esquizofrénico. El mayor fue encarcelado por dos años. Estábamos devastados. Poco después, mi esposo sufrió dos derrames que alteraron drásticamente su personalidad. Descubrí que nuestras finanzas estaban en ruinas. Con el tiempo perdimos nuestra casa. Estaba tan devastada que apenas podía hablar con un terapeuta. La vida no ha cambiado.
 
  • ¿Te estoy diciendo que por tu pecado vas a obtener estas consecuencias? No lo sé, no me corresponde a mí hacer ese juicio, yo hoy te quiero hablar de la gracia, de que el cristianismo es costoso, y no hay cristianismo sin cruz.
 
  • La historia de Sean McDowell
  • 2 Co 1:3–11 “3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. 5 Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia, así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo. 6 Pero si somos atribulados, es para vuestro consuelo y salvación; o si somos consolados, es para vuestro consuelo, que obra al soportar las mismas aflicciones que nosotros también sufrimos. 7 Y nuestra esperanza respecto de vosotros está firmemente establecida, sabiendo que como sois copartícipes de los sufrimientos, así también lo sois de la consolación. 8 Porque no queremos que ignoréis, hermanos, acerca de nuestra aflicción sufrida en Asiab, porque fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. 9 De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos, 10 el cual nos libró de tan gran peligro de muerte y nos librará, y en quien hemos puesto nuestra esperanza de que Él aún nos ha de librar, 11 cooperando también vosotros con nosotros con la oración, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don que nos ha sido impartido por medio de las oraciones de muchos.”
  • Pablo escribe a los que están pasando pruebas como hombre experimentado en pruebas. La palabra que usa para aflicción es thlípsis. En griego corriente esta palabra describe siempre la presión física que tiene que soportar una persona. R. C. Trench escribe: «Cuando, según la antigua ley de Inglaterra, a los que se negaban a confesar se les colocaban grandes pesos en el pecho hasta el punto de morir aplastados, eso era literalmente thlípsis».
  • Pero no se nos deja arrostrar esta prueba ni aportar el aguante por nosotros mismos. Viene en nuestra ayuda la confortación de Dios. Entre los versículos 3 y 7, el nombre confortación o el verbo confortar aparecen no menos que 9 veces. Con el término confortación el Nuevo Testamento siempre quiere decir mucho más que lástima. Esta palabra es fiel a su etimología: deriva de la raíz latina fortis, que quiere decir valeroso.
  • “Siempre es costoso ser cristiano de verdad, porque no hay Cristianismo sin Cruz.” Barclay, W.
  • A veces cae sobre el espíritu de una persona la carga y el misterio de este mundo ininteligible. En los primeros años del Cristianismo, los que se hacían cristianos se exponían a toda clase de pruebas. Podría sucederles que los abandonaran sus propios familiares, que los rechazaran sus vecinos paganos y que los persiguieran los poderes públicos. Samuel Rutherford le escribió a uno de sus amigos: «Dios te ha llamado al lado de Cristo, y la tempestad sopla ahora sobre el rostro de Cristo en esta tierra; y, puesto que estás con Él, no puedes esperar estar al socaire o en la ladera soleada del cerro». Siempre es costoso ser cristiano de verdad, porque no hay Cristianismo sin Cruz.
  • El resultado supremo la gracia de Dios es que obtenemos la capacidad de confortar a otros que estén pasando pruebas.
 
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  • Lockman Foundation. (1998). Santa Biblia: la Biblia de las Américas: con referencias y notas (electronic ed., 2 Co 1:3–11). Editorial Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica Lockman.
  • Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 655). Editorial CLIE.

FORMACIÓN
Licenciado en idiomas / Universidad Popular del Cesar- Egresado con tesis de grado y estudiante perteneciente a semillero de investigación Conservación por la vida.

Magíster en Educación en entornos virtuales de aprendizaje/ Universidad Cuauhtémoc, México.

Diplomado en docencia universitaria/ Politécnico de Suramérica.

EXPERIENCIA
11 AÑOS DE EXPERIENCIA DOCENTE

Docente Universidad Popular del Cesar/ 2019
Docente Universidad Udes de Santander/ 2022
Instructor SENA, Servicio Nacional de Aprendizaje/ 2019
Docente – Instructor, Uparsistem/ 2017
Docente capacitador pruebas SABER/ 2011
Docente investigador, publicación en revista académica indexada.
Director Club de Apologistas 2022/ Creador de contenido

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