Día 62 | Proverbios 6:12
אָוֶן (áven) Iniquidad.
- En la Biblia, el término iniquidad se menciona en numerosas ocasiones, y se asocia con la idea de pecado y rebeldía contra Dios. La iniquidad no solo afecta a la persona que la comete, sino que puede tener consecuencias negativas para toda la sociedad, ya que socava los valores fundamentales que sostienen la convivencia pacífica y la armonía entre las personas.
- “Los pecados de los padres caerán sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación” (Éxodo 20:5). Este pasaje muestra cómo la iniquidad puede tener consecuencias que se extienden a lo largo del tiempo y afectan a toda una familia o comunidad.
- El pasaje en Jeremías que va en contra de la idea de las maldiciones generacionales se encuentra en el capítulo 31, versículo 29-30. En este pasaje, el profeta Jeremías está hablando en nombre de Dios y dice: “En aquellos días no se dirá más: ‘Los padres comieron uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera’. Sino que cada uno morirá por su propia iniquidad; los dientes de todo el que coma uvas agrias, se le embotarán”.
- Este pasaje rechaza la idea de que los hijos puedan ser castigados por las faltas de sus padres, y afirma que cada persona será responsable de sus propios actos. Es decir, no habrá maldiciones generacionales que afecten a los hijos por los pecados de sus padres.
- Este pasaje muestra la importancia del libre albedrío y la responsabilidad personal en la relación de cada persona con Dios, y desafía la creencia de que las maldiciones pueden transmitirse de una generación a otra. En lugar de eso, se enfatiza la necesidad de tomar decisiones sabias y justas, y asumir las consecuencias de nuestras acciones.
- “Así dice el Señor: “Practiquen la justicia y el derecho, y libren al oprimido de la mano del opresor. No maltraten ni opriman al extranjero, al huérfano ni a la viuda, ni derramen sangre inocente en este lugar” (Jeremías 22:3). Este pasaje habla de la importancia de practicar la justicia y la equidad, y de evitar la iniquidad mediante la protección de los más vulnerables de la sociedad.
- “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la blasfemia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos 7:21-23). Este pasaje muestra cómo la iniquidad surge de los pensamientos y deseos malvados que tenemos en nuestro corazón, y cómo estos pueden corromper nuestra alma y nuestro comportamiento.
- “La iniquidad se multiplicará, pero el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12). Este pasaje habla sobre cómo la iniquidad puede extenderse y multiplicarse en la sociedad, y cómo puede llevar a la pérdida de la compasión y el amor hacia los demás.
- “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos los pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). Este pasaje muestra cómo el arrepentimiento y la confesión pueden ayudarnos a superar la iniquidad y recibir el perdón de Dios.
- Al iniquo le gusta mantener las cosas en la oscuridad.
- Según la tradición cristiana, una persona inicua es alguien que actúa de manera injusta y deshonesta, violando los mandamientos de Dios y los principios éticos y morales que se derivan de ellos. La palabra “inicuo” deriva del latín “iniquus”, que significa “injusto” o “malvado”.
- En la Biblia, se habla de la iniquidad como un pecado grave que provoca la ira de Dios y el castigo divino. La iniquidad se relaciona con la falta de amor hacia el prójimo, la arrogancia, la codicia, la envidia, la mentira y la falta de respeto a la ley y la autoridad.
- La persona inicua se caracteriza por su falta de integridad moral y su desprecio hacia los valores éticos y espirituales. Según la tradición cristiana, la iniquidad es un pecado que puede ser perdonado mediante la penitencia y el arrepentimiento sincero, pero que requiere una profunda transformación interior y un cambio de comportamiento para ser superado.
Cristo contra la iniquidad:
- Tal vez no haya otro pasaje en el Nuevo Testamento que presente de una manera tan resumida, y sin embargo tan completa como este, la obra de Cristo por los hombres. Hay aquí siete hechos sobresalientes acerca de esa obra:
- Tit 3:3–7: Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor hacia la humanidad, Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, que Él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia fuésemos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.
- El amor y la gracia de Dios son dones que nadie podría ganarse nunca; solo se pueden aceptar con perfecta confianza y con un naciente amor. Dios les ofrece Su amor a los hombres solamente por la incalculable bondad de Su corazón, y el cristiano no piensa nunca en lo que ha ganado, sino en lo que Dios le ha dado. La clave de la vida cristiana debe ser siempre una gratitud admirada y humilde, nunca una orgullosa autosatisfacción. Todo el proceso se debe a dos grandes cualidades de Dios (Barclay)
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Lockman Foundation. (1998). Santa Biblia: la Biblia de las Américas: con referencias y notas (electronic ed., ). Editorial Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica Lockman.
Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 866). Editorial CLIE.
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