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Día 119 l Proverbios 8:35

חַי (kjai) Vida.
 
‭‭Lucas‬ ‭14‬:‭15‬-‭24‭‬‬“Al oír esto, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: —¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios! Jesús contestó: —Cierto hombre preparó un gran banquete e invitó a muchas personas. A la hora del banquete mandó a su siervo a decirles a los invitados: “Vengan, porque ya todo está listo”. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. El primero dijo: “Acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes”. Otro indicó: “Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Te ruego que me disculpes”. Y otro alegó: “Acabo de casarme y por eso no puedo ir”. El siervo regresó y le informó de esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y ordenó a su siervo: “Sal de prisa por las plazas y los callejones del pueblo y trae acá a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”. “Señor —dijo luego el siervo—, ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar”. Entonces el señor respondió: “Ve por los caminos y las veredas, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa. Les digo que ninguno de aquellos invitados disfrutará de mi banquete”.”
 
 
  • El dueño de la casa de la parábola representa a Dios. Los convidados originales eran los judíos. A lo largo de toda su historia habían estado esperando el día en que Dios interviniera; ese día había llegado, y ellos rechazaron la invitación. Los pordioseros y minusválidos de la calle representan a los publicanos y pecadores que recibieron a Jesús, mientras que los religiosos le rechazaron
  • En Palestina, cuando se tenía que hacer una fiesta, se fijaba la fecha con mucha antelación y se mandaban las invitaciones para que se dijera si se aceptaban. Pero no se decía la hora; así es que, cuando llegaba el día y todo estaba preparado, iban los siervos a avisar a los invitados. Era un grave insulto el haber aceptado la invitación y luego no asistir.
  • Los convidados presentan excusas nada diferentes de las que se ponen hoy.
  • (i) El primer invitado dijo que había comprado un terreno, y que iba a verlo. Esto sucede cuando dejamos que los negocios usurpen los derechos de Dios. Es posible estar tan inmerso en las cosas de este mundo que no se tiene tiempo para dar culto a Dios ni siquiera para orar.
  • (ii) El segundo invitado dijo que había comprado cinco yuntas de bueyes y que iba a probarlos. Esto es dejar que las novedades usurpen los derechos de Cristo. Sucede a menudo que, cuando se entra en una nueva situación se está tan absorto que no se tiene tiempo para ir al culto ni para orar. Se da el caso de personas que se compran un coche, o un chalé, y dicen: «Antes íbamos al culto los domingos; pero ahora salimos al campo, que buena falta nos hace a todos, y especialmente a los chicos». Es peligrosamente fácil que algo nuevo, como un juego, o un hobby, o un amigo, desalojen de nuestro horario los deberes espirituales.
  • (iii) El tercer invitado dijo, más enfáticamente que los otros: «Acabo de casarme. Comprenderás que no puedo ir». Una de las leyes maravillosamente humanitarias del Antiguo Testamento establecía: «Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para hacer feliz a la mujer que tomó» (Deuteronomio 24:5). Sin duda esa ley era la que se aplicaba este hombre. Una de las tragedias de la vida es que las cosas buenas hacen que nos olvidemos de Dios. No hay nada más maravilloso que el hogar; pero no se pretende que se use de una manera egoísta. Los que viven juntos, viven todavía mejor con Dios; se sirven mejor mutuamente si sirven también a otros; el ambiente del hogar es aún más maravilloso cuando los que viven en él se acuerdan de que también son miembros de la familia y de la casa de Dios.
 
Eclesiastés 2:24-26 24 Entonces llegué a la conclusión de que no hay nada mejor que disfrutar de la comida y la bebida, y encontrar satisfacción en el trabajo. Luego me di cuenta de que esos placeres provienen de la mano de Dios. 25 Pues, ¿quién puede comer o disfrutar de algo separado de él[a]? 26 Dios da sabiduría, conocimiento y alegría a quienes son de su agrado; pero si un pecador se enriquece, Dios le quita las riquezas y se las da a quienes le agradan. Eso tampoco tiene sentido, es como perseguir el viento.
Mateo 16:26: ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma ? ¿Hay algo que valga más que tu alma?

FORMACIÓN
Licenciado en idiomas / Universidad Popular del Cesar- Egresado con tesis de grado y estudiante perteneciente a semillero de investigación Conservación por la vida.

Magíster en Educación en entornos virtuales de aprendizaje/ Universidad Cuauhtémoc, México.

Diplomado en docencia universitaria/ Politécnico de Suramérica.

EXPERIENCIA
11 AÑOS DE EXPERIENCIA DOCENTE

Docente Universidad Popular del Cesar/ 2019
Docente Universidad Udes de Santander/ 2022
Instructor SENA, Servicio Nacional de Aprendizaje/ 2019
Docente – Instructor, Uparsistem/ 2017
Docente capacitador pruebas SABER/ 2011
Docente investigador, publicación en revista académica indexada.
Director Club de Apologistas 2022/ Creador de contenido

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