מוּסָר (musár) Instrucción.
Características de la Obra del E.S.
¿Es difícil para ti pensar en el Espíritu Santo como una persona?
Jn 3:6 Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
Juan 14:25-31 25 »Estas cosas les he dicho estando con ustedes.26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he dicho.27 »La paz les dejo, Mi paz les doy; no se la doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo.28 Oyeron que les dije: “Me voy, y vendré a ustedes”. Si me amaran, se regocijarían, porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que Yo.29 »Y se lo he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean.30 No hablaré mucho más con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en Mí;31 pero para que el mundo sepa que Yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levántense, vámonos de aquí.
Se trata de un pasaje lleno de verdades hasta rebosar.
(a) El Espíritu Santo nos enseñará todas las cosas. Hasta el fin de su camino, el cristiano es un aprendiz; porque hasta el fin de su camino el Espíritu Santo le guía a mayores y mayores profundidades de la verdad de Dios. El creyente cristiano no tiene disculpa para tener una mente cerrada. El cristiano que piensa que ya no tiene más que aprender es un cristiano que ni siquiera ha empezado todavía a entender lo que quiere decir la doctrina del Espíritu Santo.
(b) El Espíritu Santo nos recordará lo que ha dicho Jesús. Esto quiere decir dos cosas. Primero: En materia de fe, el Espíritu Santo nos trae a la mente constantemente las cosas que dijo Jesús. Tenemos la obligación de pensar; pero tenemos que confrontar todas nuestras conclusiones con las palabras de Jesús. No es tanto la verdad lo que tenemos que descubrir, porque Él ya nos dijo la verdad; lo que tenemos que descubrir es lo que quiere decir esa verdad. El Espíritu Santo nos salva de la arrogancia y del error en nuestro pensar. Segundo: El Espíritu Santo nos mantendrá a salvo en materia de conducta. Casi todos nosotros tenemos esta clase de experiencia de la vida: estamos tentados a hacer algo que está mal y, a punto de hacerlo, nos vuelve a la mente un dicho de Jesús, el versículo de un salmo, el recuerdo de Jesús, las palabras de alguien a quien amamos y admiramos o la enseñanza que recibimos cuando éramos pequeños. En el momento de peligro, estas cosas aparecen sin que sepamos cómo en nuestra mente: es la acción del Espíritu Santo.
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Lockman Foundation. (1998). Santa Biblia: la Biblia de las Américas: con referencias y notas (electronic ed., Pr 8:10). Editorial Fundación, Casa Editorial para La Fundación Bíblica Lockman.
Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 465). Editorial CLIE.
Teología Sistemática. Wayne Grudem