Día 34 | Proverbios 3:35

¿De dónde sacamos la idea del cielo?

Recomendar Cartas del Diablo a su Sobrino. C.S. Lewis.

1 Corintios 13:12: Ahora vemos todo de manera imperfecta, como reflejos desconcertantes, pero luego veremos todo con perfecta claridad

¿Cómo será la existencia en el cielo? No como para Platón, una en que las mentes desnudas contemplarán intelectualmente la Idea eterna e inmutable.

1 Juan 3:2: Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como El es.

Juan14:14: NO se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, á preparar lugar para vosotros.

Filipenses 1:19-20: Porque sé que la oración de ustedes y la ayuda del Espíritu de Jesucristo darán como resultado mi libertad. Tengo la plena seguridad y la esperanza de que jamás seré avergonzado, sino que seguiré actuando con valor por Cristo, como lo he hecho en el pasado. Y confío en que mi vida dará honor a Cristo, sea que yo viva o muera.

Filipenses 1:27: Sobre todo, deben vivir como ciudadanos del cielo, comportándose de un modo digno de la Buena Noticia acerca de Cristo. Entonces, sea que vuelva a verlos o solamente tenga noticias de ustedes, sabré que están firmes y unidos en un mismo espíritu y propósito, luchando juntos por la fe, es decir, la Buena Noticia. ²⁸ No se dejen intimidar por sus enemigos de ninguna manera. Eso les será por señal a ellos de que serán destruidos, mientras que ustedes serán salvos, aun por Dios mismo. ²⁹ Pues a ustedes se les dio no solo el privilegio de confiar en Cristo sino también el privilegio de sufrir por él. ³⁰ Estamos juntos en esta lucha. Ustedes han visto mi lucha en el pasado y saben que aún no ha terminado.

Soren Kierkegaard: Los peores dolores, querer morir y que no se conceda.

Historia Gary Habermas en el libro de Lee Strobel, el Caso de Cristo.

El lugar en donde Dios habita: Dt 26:15 Zac 2:13; Is 63:15. 1 Re 8:30 vs. 39,43,49;; 2 Cr 6:18, 21, 27, 30, 33, 35, 39; Jr 23:24. 1 Cr 16:31; 1 Cr 21:26 2 Cr 7:14; Neh 9:27. 2 Cr 2:6; 2 Cr 30:27; Job 22:12, 14; Sal 2:4; Sal 11:4; Sal 20:6; Sal 33:13; Sal 102:19; Sal 103:19 Sal 135:6; Dn 4:35. Sal 113:5; Sal 123:1; Ec 5:2; Is 57:15; Is 63:15; Is 66:1; Lm 3:41, 50; Dn 5:23; Mt 5:34, 45; Mt 6:9 Mt 18:10, 14; Mr 11:25, 26. Mt 10:32, 33; Mt 11:25; Mt 12:50; Mt 16:17; Mr 16:19; Hch 7:49; Ro 1:18; He 8:1; Ap 8:1; Ap 12:7–9; Ap 21:22–27; Ap 22:1–5.

El futuro lugar en donde los justos habitarán. Llamada UN GRANERO, Mt 3:12; EL REINO DE CRISTO Y DE DIOS, Ef 5:5; LA CASA DEL PADRE, Jn 14:2; UNA PATRIA CELESTIAL, He 11:16; UN REPOSO, He 4:9; Ap 14:13; PARAÍSO, 2 Co 12:2, 4. Los impíos exluidos de, Gl 5:21; Ef 5:5; Ap 22:15. ESCRITURAS NO CLASIFICADAS RELACIONADAS A: 2 Re 2:11; Job 3:17; Sal 16:11; Sal 17:15; Sal 23:6; Sal 24:3, 7; Sal 73:24; Is 33:17; Dn 12:3; Mal 3:17; Mt 5:3, 8, 12, 20; Mt 6:20 Lc 12:33. Mt 8:11; Mt 13:30, 43, 49 Mt 3:12. Mt 18:10; Mt 19:21; Mt 25:34, 46; Lc 10:20; Lc 12:32; Lc 15:6, 7 [v. 10.] Lc 15:32; Lc 16:22; Lc 20:34, 35 [Mt 22:30.] Lc 20:36; Lc 22:29, 30; Lc 23:43; Jn 5:28, 29; Jn 10:28; Jn 12:26; Jn 13:36; Jn 14:2, 3; Jn 17:22, 24; Hch 7:55 v. 56.; Ro 5:17; 2 Co 5:1; 2 Co 12:2–4; Ef 1:18; Col 1:5, 6, 12; Col 3:4; 1 Tes 2:12; 1 Tes 4:17; 2 Tes 1:7; 2 Tes 2:14; He 10:34; He 11:10, 16; He 12:22–24, 28; He 13:14; 1 P 1:4; 2 P 1:11; 2 P 3:13; Ap 2:7; Ap 3:21 Lc 12:8. Ap 4:4; Ap 5:9; Ap 7:9, 13–17 Is 49:9, 10. Ap 14:1–3; Ap 15:2; Ap 21:1–5, 9–11, 18, 19, 21–25, 27; Ap 22:1–5 Ver JUSTO, PROMESAS A.

En los Evangelios son notorias las alusiones a la llegada del reino, el discurso sobre quién (o quién no) entrará al reino, y a las descripciones del reino. El reino de Dios es un rasgo importante en el ministerio de Jesús.

Jesús se identificó a sí mismo como el representante del gobierno de Dios como rey (comparar Dan 7:13–14).

Sus discípulos persisten en su creencia de un reino político o nacionalista para Israel (Hech 1:6)

En el libro de Hebreos, el reino inconmovible es la Jerusalén celestial, una ciudad futura (Heb 12:22–28). En 2 Ped 1:5–11, se anima a los cristianos a cultivar ciertas virtudes para que puedan entrar en el reino eterno del Señor y Salvador Jesucristo.

El reino de Dios es un tema importante en Apocalipsis (Apoc 1:6, 9, 5:10; 11:17; 12:10; 19:6; 20:4; 22:5). En Apoc 11:15, las siete trompetas anuncian el triunfo final del reino de Dios y Cristo sobre todo el mundo. Aunque se proclama la declaración de la victoria, el establecimiento final del reino espera una fecha futura, cuando “los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo” (Apoc 11:15).